Vemos en las noticias cómo cada vez mueren más menores en manos de padres que ejercen también violencia de género sobre sus parejas.
La paternidad de los hombres golpeadores expone a los niños a múltiples
fuentes potenciales de daño emocional y físico, la mayor parte de las
cuales no ha sido reconocida como corresponde.
Recuerdo un estudio de Lundy Brancoft ( Bancroft, L. 2012) que continúa siendo de actualidad, el cual nos introduce en una
realidad durante mucho tiempo desatendida: la situación de los hijos de
las mujeres maltratadas por sus parejas.
Características de los hombres que golpean/golpeadores:
La mayor parte de las
características que son típicas de los hombres golpeadores tienen
ramificaciones potenciales para los niños/hijos en el hogar. Por lo
común, los golpeadores tienden a una crianza autoritaria, negligente, y
verbalmente abusiva. Los efectos de estas y otras debilidades de
paternaje pueden verse intensificadas por la experiencia traumática
previa de estos niños de presenciar la violencia. Consideremos la
siguiente selección de ejemplos de características de los hombres que
golpean:
Control: La coerción es ampliamente
reconocida como una cualidad central de los hombres golpeadores, y una
de las áreas más fuertemente controladas por los hombres golpeadores es
el maternaje de la madre. Un hombre que golpea puede producir la
interrupción del embarazo de su pareja, rechazar sus decisiones en la
crianza, o atacarla cuando él está enojado por el comportamiento de sus
hijos. Las mujeres golpeadas sienten mucho más probablemente que otras
madres que tienen que cambiar su forma de crianza cuando sus parejas
están presentes.
Sentirse con derecho a: Un hombre
que golpea se considera con derecho a un estatus especial dentro de la
familia, con el derecho a usar la violencia cuando lo estima necesario.
Esta perspectiva de sentir que tiene derecho a, puede conducirlo a
comportarse en forma egoísta y centrada en sí mismo. Por ejemplo, puede
tener un acceso de ira o de violencia cuando siente que su pareja le
presta más atención a los niños que a él. En ese clima, es difícil para
los niños satisfacer sus necesidades y se tornan vulnerables a la
reversión de los roles, cuando se les hace sentir responsables de tener
que cuidar al padre golpeador.
Posesividad: Se ha observado que
los hombres golpeadores consideran con frecuencia a sus parejas como
objetos de su propiedad. Algunas veces este punto de vista puede
extenderse a los niños, dando cuenta en parte de los dramáticamente
elevados índices de abuso físico y sexual de los niños perpetrados por
los golpeadores, y por el hecho de que estos hombres piden la custodia
de sus hijos con más frecuencia de lo que lo hacen los padres no
golpeadores.
Otras características que pueden
tener un impacto importante en los niños incluyen manipulación, negación
y minimización del abuso, golpes en relaciones múltiples, y resistencia
al cambio.
La influencia del apaleamiento en el paternaje
Las características discutidas influyen el paternaje de los hombres que golpean y tienen un impacto negativo en los niños por:
• Crear modelos de rol que perpetúan la violencia.
• Minar la autoridad de la madre.
• Tomar represalias contra la madre por sus esfuerzos para proteger a los hijos.
• Generar divisiones dentro de la familia.
• Usar a los hijos como armas en contra de la madre.